El Ferrari 250 GTO es un automóvil deportivo y de competición construido por Ferrari entre los años 1962 y 1964; es considerado como uno de los mejores automóviles de alto rendimiento construido y actualmente (2021), el más caro del mundo.
El número 250 hace referencia a la capacidad en centímetros cúbicos, de cada cilindro del motor. Las siglas GTO significan en italiano: "Gran Turismo Omologata" (Gran Turismo Homologado).
En 2004, la revista Sports Car International nombró al 250 GTO número 8 en la lista de "Mejores Automóviles Deportivos" de los años 1960, en la lista de los mejores automóviles deportivos de todos los tiempos. Del mismo modo, la revista Motor Trend Classic nombró al 250 GTO como número 1 en su lista de los "Grandes Ferraris de todos los tiempos".
Los Ferrari 250 GTO fueron diseñados para competir en la categoría GT. Eran una evolución ortodoxa de los Ferrari 250 GT SWB. El ingeniero Giotto Bizzarrini tomó el chasis del Ferrari 250 GT SWB y lo acopló con un motor V12 Colombo Tipo 168 Comp/62 de 2953 cm³ (3 litros) del Ferrari 250 Testa Rossa, con una potencia máxima de 300 CV (296 HP; 221 kW) a las 7500 rpm y 30 kg·m (294 N·m; 217 lb·pie) a las 5500 rpm de par máximo. Era un diseño completamente de aleación ligera que utilizaba un sistema de lubricación por cárter seco y seis carburadores de 2 gargantas Weber 38 DCN, con una relación de compresión de 9.7:1.
Sucesivamente, debido a problemas y desacuerdos internos dentro de Ferrari, el ingeniero Bizzarrini y otros ingenieros dejaron la casa, el desarrollo y terminación del proyecto GTO fue encargado al ingeniero Mauro Forghieri y al diseñador Sergio Scaglietti. La carrocería, ahora más ancha fue perfeccionada en las pruebas en el túnel y la pista de viento.
El resto del coche era una presentación equilibrada de la tecnología de Ferrari de los años 60. Contaba con un bastidor tubular soldado a mano, suspensión delantera de doble horquilla, frenos de disco y ruedas fabricadas por Borrani. La caja de cambios era de cinco velocidades y era un paso adelante realmente revolucionario.
El interior era austero hasta el extremo en el que un velocímetro no era considerado necesario para el tablero de instrumentos.
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